Los siguientes pensamientos provienen de una lectura reciente, pero por supuesto, esta última lectura solo abrió la caja de Pandora que estaba dentro de mí.
Leí por casualidad una historia de una escritora estadounidense, a quien no conocía y que me recuerda mucho a otra escritora estadounidense, Elizabeth Strout, a quien leí mucho durante cierto tiempo cuando intentaba bajar el tono, para hacer más suave, mi estilo, demasiado abrasivo en ese tiempo.
Me gustó su historia, me gustó su estilo: esponjoso, suave, dulce, melancólico y envolvente, enmarcador... Pero como la mayoría de los escritores anodinos es incapaz de ir más allá de la superficie de tal manera que posiblemente a veces pueda inquietar o por lo menos mueva el agua quieta de los sentimientos de muchas personas pero no inquieta en absoluto, no duele, no produce una crisis interior por la cual te ves llevado a revisar, criticar e inspeccionar, tu visión del mundo.
Que es una característica común de los que llamo escritores de batería, como gallinas de batería.
Los escritores deberían aguijonear a sus sociedades, deberían operar como grillos parlantes de las democracias en las que viven, ser cuestionadores de la conciencia de esas sociedades. Si un escritor no hace esto, ¿qué tipo de escritor es? Un vocero, un animador, un despertador de algo tal vez, pero no un escritor.
Los escritores, en el sentido que yo respaldo, siempre han sido fruto de una sociedad donde no existe la democracia, ni la libertad, donde la dictadura es dueña de cada libertad y de cada conciencia.
Los escritores sudamericanos son el ejemplo más claro de lo que estoy diciendo . Difícil encontrar uno escritor sudamericano donde falte una conciencia política y civil en sus relatos.
Absurda y paradójicamente, la dictadura, que debería ser considerada como un estado anormal de la sociedad, es el mejor momento nutritivo para generar una literatura capaz de impactar fuertemente en las conciencias civiles, mientras que durante la democracia, que se considera como un estado normal de nuestras sociedades, sólo se produce ad infinitum literatura muy débil, agotada o basura absoluta.
Leí por casualidad una historia de una escritora estadounidense, a quien no conocía y que me recuerda mucho a otra escritora estadounidense, Elizabeth Strout, a quien leí mucho durante cierto tiempo cuando intentaba bajar el tono, para hacer más suave, mi estilo, demasiado abrasivo en ese tiempo.
Me gustó su historia, me gustó su estilo: esponjoso, suave, dulce, melancólico y envolvente, enmarcador... Pero como la mayoría de los escritores anodinos es incapaz de ir más allá de la superficie de tal manera que posiblemente a veces pueda inquietar o por lo menos mueva el agua quieta de los sentimientos de muchas personas pero no inquieta en absoluto, no duele, no produce una crisis interior por la cual te ves llevado a revisar, criticar e inspeccionar, tu visión del mundo.
Que es una característica común de los que llamo escritores de batería, como gallinas de batería.
Los escritores deberían aguijonear a sus sociedades, deberían operar como grillos parlantes de las democracias en las que viven, ser cuestionadores de la conciencia de esas sociedades. Si un escritor no hace esto, ¿qué tipo de escritor es? Un vocero, un animador, un despertador de algo tal vez, pero no un escritor.
Los escritores, en el sentido que yo respaldo, siempre han sido fruto de una sociedad donde no existe la democracia, ni la libertad, donde la dictadura es dueña de cada libertad y de cada conciencia.
Los escritores sudamericanos son el ejemplo más claro de lo que estoy diciendo . Difícil encontrar uno escritor sudamericano donde falte una conciencia política y civil en sus relatos.
Absurda y paradójicamente, la dictadura, que debería ser considerada como un estado anormal de la sociedad, es el mejor momento nutritivo para generar una literatura capaz de impactar fuertemente en las conciencias civiles, mientras que durante la democracia, que se considera como un estado normal de nuestras sociedades, sólo se produce ad infinitum literatura muy débil, agotada o basura absoluta.
Comments
Post a Comment