Los recientes acontecimientos en Ucrania, la llamada invasión rusa, han enseñado una nueva estrategia a la guerra asimétrica ya en marcha entre las élites y quienes no aceptan su gobierno fraudolento. Que se acabó el tiempo del buenismo. Cuando el diálogo es rechazado y vilipendiado, termina el tiempo del buenismo, y cada uno a nivel personal debe agudizar el rechazo a seguir las locas imposiciones que van nos proponiendo y que no tienen lógica alguna.
Hemos visto como en poco más de 20 días el mundo ha cambiado porque una nación a la que se le ha negado el diálogo y la colaboración ha abandonado el buenismo.
En veinte días el globalismo se ha roto, se ha roto y va por el camino de la disolución, sobrecargado de deudas, locura y división.
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